El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, informó que mantuvo una conversación "muy amistosa" con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, en busca de una intensa y normal relación entre los dos países.
Petro, quien promete ambiciosos cambios sociales y económicos, se convirtió el domingo en el primer izquierdista en ganar la presidencia de Colombia, un país históricamente conservador y gobernado por líderes de derecha y centroderecha.
"En el camino de una más intensa y normal relación diplomática he sostenido ahora una conversación muy amistosa con el presidente Biden de los EEUU", escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
"En sus palabras una relación 'más igualitaria' en provecho de los dos pueblos", agregó.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de Colombia y su principal aliado en la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales involucrados en la producción y el tráfico de cocaína.
Petro, quien se posesionará el 7 de agosto en reemplazo del derechista Iván Duque, planeó en campaña cambios en la lucha contra las drogas y descartó por completo la reanudación de la fumigación aérea de plantaciones de hoja de coca -materia prima de la cocaína- con el químico glifosato, para priorizar planes de sustitución voluntaria de cultivos.
El presidente electo, un economista de 62 años, propone reformas económicas y sociales para combatir la pobreza, la desigualdad y la exclusión que cautivaron a millones de pobres, aunque despiertan temor entre los empresarios y los mercados financieros.
La Casa Blanca precisó horas después que los temas que abordaron Biden y Petro fueron cooperación en seguridad, narcotráfico y cambio climático.
"Él (Biden) subrayó que espera trabajar con el presidente electo para continuar fortaleciendo la cooperación bilateral, incluso sobre el cambio climático, la seguridad sanitaria y la implementación del acuerdo de paz de 2016", dijo la Casa Blanca.
El presidente electo de Colombia prometió en campaña implementar plenamente el acuerdo de paz que se firmó en 2016 con la desmovilizada guerrilla de las FARC para poner fin a su participación en el conflicto armado interno de más de cinco décadas que ha dejado 260.000 muertos.
El líder de izquierda incluso planteó la posibilidad de aplicarlo a líderes y combatientes de las FARC que regresaron a la lucha armada y conformaron disidencias, además de iniciar una negociación con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Petro está a favor de iniciar una transición hacia energías limpias y renovables, al tiempo que advirtió no se firmarán nuevos contratos para exploración de petróleo en su gobierno. (Reuters)